viernes, 5 de diciembre de 2014

Queso batido con mermelada de caqui

Los que no vivimos en las grandes ciudades, sinó en el medio rural, tenemos la gran suerte de tener una enorme y maravillosa despensa al alcance de nuestras manos. Siempre viene el vecino, pariente o amigo con alguna fruta u hortaliza de su propia cosecha, y casi siempre en grandes cantidades. Lo último fue un cubo de caquis lleno hasta los bordes, y no precisamente de la variedad "rojo brillante o persimón", no; eran de los que se hacen blanditos cuando están bien  maduros, que te los tienes que comer en tres días o tirarlos. Que lástima! Así que decidí hacer una mermelada.

Pelé los caquis y les quité las partes más estropeadas y algún gusanito que ya se estaba dando un buen festín. Añadí la mitad de azúcar que de pulpa de caqui y lo puse a fuego muy suave. Removiendo de vez en cuando lo tuve cociendo una hora larguita y apagué el fuego.

Cuando se enfrió la probé y, horror!! estaba demasiado áspera -astringente- a pesar de estar bien maduros. Ya me había pasado otra vez pero no me acordaba. En aquella ocasión acabé haciendo un mousse de caqui que no quedó del todo mal pero que no sabía demasiado, o mejor dicho, casi nada a caqui.

Esta vez se me ocurrió mezclarlo con queso fresco para untar. Pensé que la suavidad del queso podría restarle astringencia a la mermelada y así fué. La proporción que usé fue del 50℅ de cada ingrediente, es decir, mitad de queso por mitad de mermelada. Lo mezclé bien con unas varillas y el resultado final fué una especie de "petite suisse" de una fruta que no llegas a adivinar si no sabes con qué lo has hecho, tal vez por que no tenemos el sabor del caqui asimilado en combinación con otros ingredientes o no hemos probado el caqui manipulado de alguna manera, sino en su estado natural. Pero lo cierto es que está muy rico. 

jueves, 4 de diciembre de 2014

Mejillones rebozados

Ingredientes: Mejillones vivos, cerveza, harina de trigo, sal y aceite para freír.
Elaboración: limpiamos bien los mejillones, los abrimos al vapor, quitamos las conchas y secamos la carne con un paño limpio o papel de cocina. Preparamos la masa para rebozar con cerveza, harina, sal y, si queremos, con una clara de huevo batida a punto de nieve. No debe quedar muy espesa; con que recubra el alimento es suficiente. En unos palillos pequeños vamos insertando los mejillones, de dos en dos o de tres en tres, según su tamaño. Calentamos el aceite para freír a 170-180°,  los pasamos por la masa, escurrimos y los echamos al aceite con cuidado, cogiéndolos por el palillo. Una vez dorarda la masa, se sacan y se escurren sobre papel absorbente.